La historia de Santa Claus

Seas de donde seas habrás escuchado hablar de Santa Claus, y seguramente la noche del 24 de diciembre esperes con ilusión sus regalos bajo el árbol. Pero, ¿Qué sabemos realmente de este personaje que una vez al año entra por nuestras chimeneas?

San Nicolás, Santa Claus o Papá Noel, el nombre que elijas da igual para comenzar esta historia para la que tendremos que subirnos en nuestra maquina del tiempo y comenzar a imaginar.

Que este señor viene del Polo Norte es de lo poco que tenemos claro… Pero, ¿y si esto tampoco fuera cierto?

Si nos remontamos al origen de la figura de Papá Noel encontramos con un hombre griego, concretamente un obispo llamado Nicolás nacido en alrededor del año 280 después de Cristo. Y no, tampoco iba por la vida entregando regalos, más bien era la imagen del rebelde sin causa de la época, en un momento de la historia donde en Turquía los sacerdotes y obispos cristianos eran perseguidos él luchaba contra este movimiento, llegando incluso a pasar parte de su vida en la cárcel.

Tras su muerte el mundo cristiano siguió venerándolo debido a que se le atribuían grandes milagros y de hecho a día de hoy el 6 de diciembre (día de su muerte) sigue siendo una importante festividad en algunas culturas católicas.

Vale, os entiendo… y cómo narices se convierte este obispo en el símbolo más deseado de la Navidad. Pues bien, al rededor del año 1.200 con su popularidad en alza desde su muerte, comienzan a ganar fama algunas vivencias del ya conocido como San Nicolás y empieza a ser conocido como el Santo protector de los niños.

La primera de estas historias narra como el obispo evita que tres niños tengan que dedicarse a la prostitución debido a la pobreza. Se dice que San Nicolás dio sacos de oro al padre de los hermanos para que se ocupara de ellos.

La segunda de las historias que le hizo ganar puntos para el papel de Santa hizo furor en la Edad Media. Cuenta la leyenda que el obispo (ya aviso, esto es como la nochebuena modo cringe) una noche hizo una parada en una posada, en esta el dueño había acabado con la vida de varios niños. Sus cuerpos aun estaban en el sótano de la posada, donde San Nicolás los descubrió y además de «denunciar» al posadero resucitó a los niños.

Es en la Edad Media cuando comienza la tradición de hacer pequeños regalos a los niños en su nombre, aunque en este época se hacían el 6 de diciembre.

Pero nuestro querido Santa no siempre jugó un papel tan amigable, cuando el cristianismo fue imponiéndose se quiso dar más fuerza al niño Jesús, una figura poco «amenazante» para que los niños fueran buenos esperando su llegada durante el año y sobre todo era poco creíble que un bebé cargara con miles de regalos, por ello San Nicolás tomó un rol diferente, como de portero de discoteca, este acompañaba al niño Jesús la noche del 24 de diciembre y se encargaba de castigar a los niños malos.

Las festividades de la noche del 24 de diciembre no comenzarán a parecerse a lo que hoy conocemos hasta entrado el siglo XIX en Norte Americana, cuando gracias a la literatura la festividad y con ella la figura de San Nicolás tomaron un significado nuevo.

Photo by Mike Arney on Unsplash

Fue entonces cuando en un poema anónimo aparece el nombre de Santa Claus por primera vez, en este texto también aparecen el trineo, un reno y los regalos que los niños buenos recibían aquella noche. Además, los niños malos no eran amenazados con un duro castigo, simplemente recibían una vara de abedul como presente, algo parecido al carbón actual. Y por fin llega nuestro Santa, en 1822 se publica otro texto anónimo donde aparece el simpaticón y regordete que conocemos hoy en día.

Es en ese momento cuando la figura de San Nicolás que había llegado de Europa a Norte América vuelve a Europa de una manera renovada, y la espeluznante figura que se conservaba en países como Alemania se transforma en Santa Claus.

Curiosidades

  1. La cara de Papá Noel que conocemos es la fantaseada por los escritores del XIX pero existe un reconstrucción en 3D basada en el cráneo del Obispo San Nicolás que nos muestra lo más parecido que podremos encontrar a su verdadero rosto.
  2. Calcetines en la chimenea: la historia cuanta que San Nicolás dejó caer unas monedas por la chimenea de una familia muy pobre, desde entonces nació esta bonita tradición. Al parecer esta leyenda que también surge en la Edad Media se entrelaza con la anterior que os he mencionado de los hermanos pobres a los que Santa Nicolás daba monedas de oro.

Si os ha gustado este repaso por la historia de Santa Claus no te pierdas el post de los Reyes Magos.

Toda esta información y mucho más puedes leerla en el libro Santa Claus: A Biography (2007) Gerry Bowler

Reconstrución 3D de San Nicolás

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